Tic-tac, tic-tac
marca el reloj
los minutos,
tic-tac, tic-tac, las horas
en vuelo se alzan,
y contra el paso del
tiempo
los inviernos se
descalzan.
Y su alma, cada vez
mas intervalos demanda.
Esos días diligentes
que entre suspiros se
evaden
cada vez que el cuco
canta.
Y sus huesos ya cansados,
ansían sosiego y
calma,
y entre tanto
infortunio,
tierra y
paz, ya reclaman.
©Margary Gamboa.
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